En la perfumería, como oficio y arte que es, se usan términos que en la mayoría de las veces no son conocidos por el público. Algunos pueden ser longevidad, proyección, sillage, EDC, EDT, EDP, Extrait de parfum, notas de salida, notas medias o de corazón, notas de base, familia olfativa… Para no perdernos y movernos con fluidez al hablar sobre perfumería se hace necesario un diccionario que recoja los conceptos fundamentales, así que antes de entrar de lleno en las características de nuestros productos, o en las reviews, top 10, comparativas,… que abundan por vídeos y artículos de la basta internet, vamos a dejar claro de qué hablamos cuando nos referimos a según qué propiedades de los perfumes.
La idea no es cargar este artículo con pedantes explicaciones o comprensiones exhaustivas, por lo que se tratarán doce conceptos básicos con los que conviene estar familiarizados. En artículos sí podremos profundizar en otros aspectos teóricos, pero por ahora sirva esto como una primera toma de contacto.
Doce conceptos elementales
Longevidad: La fijación en piel, el tiempo que dura desde que nos pulverizamos la fragancia hasta que, acercando la nariz a la piel, no olemos nada. Nada más. Cabe decir que aunque la longevidad y la proyección sean conceptos relacionados no hay que confundirlos, pues puede haber mucha longevidad con una proyección modesta.
Proyección: Es la distancia a la que se puede oler el perfume una vez te lo has aplicado, estando quieto. Es simple. Si un perfume tiene una gran proyección, tendrá en consonancia una gran longevidad en piel, pero a la inversa no siempre se cumple. Como hemos dicho antes, son términos que no se deben confundir.
Sillage: Concepto poco usado fuera de los “círculos perfumísticos” (léase foros, la fragcom en Youtube, etc.). Tiene que ver con la “nube” que te envuelve una vez te has aplicado el perfume y que arrastras al moverte. Es, por decirlo en otros términos, la proyección del perfume cuando te mueves de un lugar a otro. Un perfume con mucho sillage y una proyección más modesta haría que no se te huela demasiado a menos que pases relativamente cerca de alguien. Cabe decir que es un concepto que arrastra cierta controversia, y de hecho en Fragrantica, por citar una fuente “de entendidos”, en la ficha de los perfumes no se hace distinción entre proyección y sillage, considerando que es artificioso hacer distinciones entre ambos términos.
Eau de Cologne (EDC): Son las composiciones más “ligeras”, normalmente compuestas de un 95% de alcohol y un 5% de componentes aromáticos. Es el epítome de lo que se suele llamar “algo fresquito”, con poca longevidad -raro es que aguante más de dos horas- y que no proyecta demasiado . Se ha de señalar que, aunque normalmente estas composiciones sean más “simples” y no encierren tanta complejidad como versiones con concentraciones aromáticas más elevadas, se pueden encontrar fragancias muy interesantes que huelen extremadamente bien.
Eau de Toilette (EDT): Aquí nos vamos a concentraciones aromáticas de entre un 5 y un 15% como máximo. ¿Qué significa esto? Resumiendo: Mayor longevidad y mayor proyección. Suele ser el estándar cuando hablamos de perfumes masculinos. Una mayor concentración en alcohol no significa necesariamente que la fijación y la proyección sean mayores, pero suele ser el caso cuanto menos en la longevidad.
Eau de Parfum (EDP): Suele tener una concentración de fragancia de entre el 15 y el 20% a lo sumo. De nuevo: mayor concentración no implica mayor proyección necesariamente. Menor concentración de alcohol permite un olor más denso, más rico, composiciones con una complejidad y una evolución más rica que en los EDT, pero que permita que sea posible no significa que porque el frasco ponga “EDP” vaya a comportarse así.
Extrait de Parfum: El extracto de perfume está un nivel por encima de los EDP en cuanto a “densidad” y se sitúa entre un 15 y un 40% de componentes aromáticos.
Familia Olfativa: Aunque la idea de definir olores se remonta a Aristóteles, las clasificaciones de perfumes proliferaron a finales del siglo XX, cuando la industria y los perfumistas sintieron la necesidad de establecer familias para poder agrupar aquellos perfumes con estructura y características similares. No obstante, hoy en día no existe una clasificación universalmente aceptada, pues es un hecho que cada persona aprecia las fragancias de forma distinta y que algunas creaciones no tienen líneas claramente delimitadas. Algunas fragancias son un cóctel de notas olfativas que podrían encajar en varias familias al mismo tiempo y, en otros casos, hay propuestas que prefieren directamente no etiquetarse.
Diferentes comunidades internacionales del perfume proponen distintas clasificaciones. En Aromaniacos proponemos una clasificación con varias familias olfativas, seis que son comúnmente aceptadas: Cítrica, Floral, Fougère, Chipre, Amaderada y Oriental, a las que incorporamos Gourmand, una familia en alza muy apreciada en nuestra cultura, con una gastronomía arraigada.
Pirámide Olfativa: Antes de comenzar a describir cada familia olfativa, no podemos dejar de hablar de la pirámide olfativa, la manera tradicional en la que se han estructurado las fases por las que evoluciona el perfume al aplicarse: las notas de salida, de corazón y fondo.
Aunque suele destacarse menos de una docena en su descripción, un perfume puede tener más de doscientos ingredientes diferentes. Se trata de composiciones complejas en las que cada nota cumple su función, unas son protagonistas, otras facilitan una transición, otras compensan el impacto de las que destacan demasiado para suavizarlo o, todo lo contrario, buscan potenciar esa nota que no suena tanto. Conseguir el equilibrio deseado es todo un arte al alcance de pocas narices privilegiadas. En ese ejercicio y ese equilibrio, las notas de salida, corazón y fondo son las artífices de que la fragancia vibre en diferentes “tempos” dentro de su sinfonía.
Notas de salida: Las notas que olemos cuando probamos un perfume. La mayoría de gente decide si le gusta un perfume en función a las impresiones iniciales que tiene de ese olor, formado por sus notas de salida, las cuales, valga la redundancia, son las primeras en salir (y las primeras en evaporarse). Un perfume puede ser lineal, y mantener las notas de salida durante el resto de fases, o puede cambiar.
Notas medias o de corazón: Suelen aparecer desde los pocos minutos hasta una hora después de haberse aplicado, y van ganando protagonismo a medida que las notas de salida se evaporan.
Notas de base: En el secado es cuando se perciben las notas de base, normalmente olores más densos, con más cuerpo, que para muchos constituyen el verdadero carácter del perfume. Las moléculas que forman esta etapa son grandes, pesadas, y se evaporan más lentamente que el resto de notas. Horas después de habernos puesto perfume, lo que olemos son las notas de base.
Y hasta aquí este primer acercamiento a los conceptos claves de la perfumería. Esperamos que no os haya resultado pesado el artículo y que ahora podáis saber de qué hablamos cuando nos referimos a según qué terminos.
¡Hasta la próxima entrada!